martes, 28 de febrero de 2012

¿Por qué cuando estamos tristes nos sentimos mejor al abrazar un oso de peluche?

Un estudio publicado hace poco en la revista Journal of Consumer Research revelaba que cuando las personas se sienten tristes prefieren abrazar un oso de peluche que contemplar una hermosa obra de arte o una puesta de sol, independientemente de su edad. Detrás de esta preferencia, según Chris Janiszewski, de la Universidad de Florida (EE UU), existe un "instinto animal" que compartimos con el resto de mamíferos.

En concreto, cuando cualquier mamífero se encuentra herido, ha sido agredido o está enfermo, su cerebro está programado para responder positivamente a los estímulos táctiles, liberando neurotransmisores asociados al bienestar y el placer. Por el contrario, cuando estamos de buen humor, los estímulos visuales nos proporcionan más placer que los que experimentamos a través del resto de los sentidos. Y por lo tanto, en un estado de felicidad disfrutamos mucho más de una visita a un museo de arte.

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