Hace exactamente 26 años se escribiría una de las páginas más tristes de la historia de la exploración espacial. Todo estaba preparado para que el transbordador espacial Challenger se pusiera en órbita, sin embargo, 73 segundos después de su despegue desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, explotaba violentamente, muriendo sus siete tripulantes. Entrevistamos a Carlos González, quien en ese momento se encontraba en el Complejo de Comunicaciones Espaciales de Madrid, en Robledo de Chavela.
"Tras la confirmación del despegue hicimos nuestras propias comprobaciones e iniciamos la expectante espera. Fue extraño el silencio total de los circuitos de voz que nos conectaban al control de la misión". Así explica Carlos González, Ex Jefe de Operaciones del Complejo de Comunicaciones Espaciales de Madrid, situado en Robledo de Chavela y actual asesor de la exposición Nasa: la aventura del espacio lo que sucedió el 28 de enero de 1986.
Posteriormente, tras meses de investigaciones, la Nasa descubriría que el causante del accidente fue una simple helada. Según se supo más tarde, una de las juntas de goma que debían dilatarse y contraerse, no lo hicieron debido a las bajas temperaturas nocturnas. Esto produjo un escape de gases que terminaron por quemar el depósito de combustible y transbordador con los tripulantes en su interior.
A pesar de la virulencia de la explosión, según cree la agencia espacial norteamericana, los astronautas sobrevivieron. Sin embargo, durante tres minutos se precipitaron en caída libre sobre el océano Atlántico lo que causó irremediablemente la muerte de los siete tripulantes: Dick Scobee, Michael J., Smith, Ronald McNair, Ellison Onizuka, Gregory Jarvis, Judith Resnik y Christa McAuliffe.
Entrevistamos a Carlos González quien vivió en primera persona la tragedia.
Muy Interesante: ¿Cuál era su función ese día en el centro de comunicaciones Espaciales de Madrid? ¿Qué habrían debido hacer si la misión no hubiera terminado trágicamente?
Carlos González: Ocho horas antes del lanzamiento empezamos las pruebas previas de todos los equipos involucrados en la operación y tras constatar su buen funcionamiento, posicionamos la antena al punto del horizonte por donde habría de recibirse la señal del Transbordador. En una operación normal, tras el anuncio del despegue hubiéramos oído a la estación de Bermuda reportar la recepción de la señal y, posteriormente, hubiéramos nosotros adquirido dicha señal y pasado los datos y voz a Houston.
Muy Interesante: ¿Qué sintieron cuando confirmaron la noticia? ¿Qué ambiente se vivió en ese momento?
Carlos González: Lo primero que nos impactó fue el silencio total de las líneas de voz cuando lo habitual sería oír el progreso de la misión y a Bermuda la recepción de señal. Ante la posibilidad de un fallo de comunicaciones llamamos a Huston que solo contestó: WE HAVE A MAJOR CONTINGENCY". Alguien que no estaba de turno y contemplaba el lanzamiento por TV vino a comunicarnos la noticia. Luego, silencio, consternación, caras largas y una extraña sensación de pérdida.
Muy Interesante: ¿Han cambiado los sistemas de control y seguridad debido a este incidente?
Carlos González: Siempre que hay un incidente, por pequeño que sea, se revisan los sistemas de control y seguridad para procurar optimizarlos. En este caso, se creó una comisión de investigación que trabajó duro para determinar las causas y evitarlas en el futuro.
Muy Interesante: ¿Es posible que pueda volver a suceder un accidente de estas características?
Carlos González: Es poco probable pero nunca se puede asegurar nada al cien por cien.
Muy Interesante: ¿Cómo y qué han reproducido en la exposición "NASA, La aventura del espacio? (audio, vídeo, recortes de periódicos, restos...)
Carlos González: No tenemos restos pero sí que se muestra en audio y video lo que sucedió.
By: EcoBlog Karelly Meza 17-Feb-2012
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